La aplicación de masilla en verano enfrenta un doble desafío debido a las altas temperaturas y la lluvia frecuente. El calor excesivo acelera la evaporación de la humedad en la masilla, lo que lleva a un secado rápido, burbujeo, agrietamiento y pulverización, afectando tanto la trabajabilidad como la durabilidad a largo plazo. Para abordar esto, se recomienda evitar trabajar durante el calor máximo del mediodía, humedecer ligeramente el sustrato (sin agua estancada), utilizar un agente de unión para una mejor adhesión y gestionar cuidadosamente el tiempo entre cada aplicación.
En condiciones de humedad o lluvia, el proceso de secado se ralentiza significativamente, aumentando el riesgo de ampollas, descamación e incluso desprendimiento. Es esencial controlar estrictamente el ritmo de construcción y asegurarse de que cada capa esté completamente seca antes de aplicar la siguiente. Para la masilla impermeable interior, el lijado debe completarse dentro de las 48 horas posteriores al secado de la superficie para mantener la suavidad y la adhesión.
El almacenamiento adecuado de la masilla es tan importante como su aplicación. Evite almacenarla al aire libre o en ambientes húmedos. En su lugar, manténgala en interiores en un lugar fresco y seco con buena ventilación para prevenir daños por humedad. Solo con una planificación científica y una gestión efectiva de los materiales puede garantizar calidad y eficiencia durante la construcción de verano.